Náhuatl |
zapoteco
El zapoteco (díidxa záa (Tehuantepec), tiits së (Santa Catarina Quioquitani), por ejemplo) es una macrolengua integrada por diferentes lenguas zapotecas, habladas por un total de 777.000 personas en Oaxaca y otros lugares, hace parte con el idioma chatino de un grupo lingüístico que pertenece al tronco otomangue de lenguas mesoamericanas, junto con la lengua mixteca, mazateca y popoloca, entre otras. Las lenguas zapotecas se hablan principalmente en los estados de Oaxaca y en la región sureste de Veracruz, al sur de México.
Es una lengua tonal. El orden de la frase más frecuente es Verbo Sujeto Objeto (VSO).
Bajo el término zapoteco se comprende un gran número de dialectos no siempre mutuamente inteligibles, lo cual significa que dichas variantes empezaron a divergir del proto-zapoteco hace muchos siglos. Morris Swadesh estimó mediante análisis estadísticos del léxico y glotocronología que el tiempo de diversificación del zapoteco, propiamente dicho, era de 14 siglos (comparable por ejemplo al tiempo de diversificación del latín hasta dar las lenguas románicas actuales). Según los muestreos de inteligibilidad, publicados por el SIL, el zapoteco estaría compuesto por 38 variantes o lenguas ininteligibles entre sí. Sin embargo, la mayoría de clasificaciones dejan a un lado los criterios de inteligibilidad y consideran las características compartidas por las diversas variantes, el inventario se reduce a siete u ocho lenguas. Belmar fue el primero en proponer agrupar las variantes en tres grandes grupos: zapoteco septentrional, zapoteco central y zapoteco meridional bajo criterios en parte lingüísticos y en parte geográficos e históricos. El grupo norte incluiría las variedades habladas en la zona montañosa al norte de la ciudad de Oaxaca de Juárez, el grupo centro incluiría las variedades de los valles centrales y la región sur del istmo de Tehuantepec y el grupo meridional las variedades habladas en la zona montañosa al sur del estado de Oaxaca.
Las primeras clasificaciones internas basadas en el método comparativo empezaron en los años 1920 con los trabajos de Jaime Angulo (1925), Paul Radin (1925), Ángulo y Freeland (1933) y Swadesh (1949). Estas agrupaciones subdividen los grupos de Belmar, asignado alguna variedad local al grupo adyacente. El último intento de clasificación interna y el más aceptado se debe al lingüista mexicano Jorge Suárez (1977) y publicado por el INAH en 1990. Ese estudio sobre la base estricta de rasgos fonológicos y léxicos compartidos rechaza la agrupación tripartita y propone seis agrupamientos estrechamente emparentados. El siguiente cuadro muestra las evolución de las diferentes variantes del zapoteco.
Es una lengua tonal. El orden de la frase más frecuente es Verbo Sujeto Objeto (VSO).
Bajo el término zapoteco se comprende un gran número de dialectos no siempre mutuamente inteligibles, lo cual significa que dichas variantes empezaron a divergir del proto-zapoteco hace muchos siglos. Morris Swadesh estimó mediante análisis estadísticos del léxico y glotocronología que el tiempo de diversificación del zapoteco, propiamente dicho, era de 14 siglos (comparable por ejemplo al tiempo de diversificación del latín hasta dar las lenguas románicas actuales). Según los muestreos de inteligibilidad, publicados por el SIL, el zapoteco estaría compuesto por 38 variantes o lenguas ininteligibles entre sí. Sin embargo, la mayoría de clasificaciones dejan a un lado los criterios de inteligibilidad y consideran las características compartidas por las diversas variantes, el inventario se reduce a siete u ocho lenguas. Belmar fue el primero en proponer agrupar las variantes en tres grandes grupos: zapoteco septentrional, zapoteco central y zapoteco meridional bajo criterios en parte lingüísticos y en parte geográficos e históricos. El grupo norte incluiría las variedades habladas en la zona montañosa al norte de la ciudad de Oaxaca de Juárez, el grupo centro incluiría las variedades de los valles centrales y la región sur del istmo de Tehuantepec y el grupo meridional las variedades habladas en la zona montañosa al sur del estado de Oaxaca.
Las primeras clasificaciones internas basadas en el método comparativo empezaron en los años 1920 con los trabajos de Jaime Angulo (1925), Paul Radin (1925), Ángulo y Freeland (1933) y Swadesh (1949). Estas agrupaciones subdividen los grupos de Belmar, asignado alguna variedad local al grupo adyacente. El último intento de clasificación interna y el más aceptado se debe al lingüista mexicano Jorge Suárez (1977) y publicado por el INAH en 1990. Ese estudio sobre la base estricta de rasgos fonológicos y léxicos compartidos rechaza la agrupación tripartita y propone seis agrupamientos estrechamente emparentados. El siguiente cuadro muestra las evolución de las diferentes variantes del zapoteco.